Por Anthony Geist, Catedrático de Literatura Española y Comparada. Universidad de Washington.
En 1963 Rafael Alberti y María Teresa León abandonan su exilio en Argentina para afincarse en Roma. Allí Alberti expresa en Roma, peligro para caminantes (1968) la impresión que le causa el caos, la inmundicie, la gloria y la hermosura de la Città Eterna. Por esos mismos años escribe una serie de sonetos para acompañar la suite de grabados eróticos de Pablo Picasso, Los amores secretos de Rafaello y la Fornarina. Exploraremos esas expresiones creativas de su relación con Roma.
Presentado por Bernardo Palomo, crítico de Arte. Académico de Número de la Real Academia de BBAA de Cádiz.