ENCLAVE FLAMENCA
Bailar es para Mercedes de Córdoba una urgencia orgánica. El lenguaje natural con el que se cuestiona, se busca y se reafirma. El lugar donde convive el desvelo, la pasión, la esperanza y la locura. Un destino inevitable que es veneno y antídoto. Bajo esta premisa, en “Sí, quiero‟ la bailaora sella un doble compromiso en el que explora las emociones que fluctúan en torno al arte y al amor e invita al público a celebrar la vida. Su cuerpo y su baile sucumben aquí a la seducción, la atracción, la euforia o el desvelo que supone el encuentro; a los miedos, las vulnerabilidades y las tentaciones que conlleva decidir querer y quererse; y al éxtasis, la alegría, la aventura, el abismo y los anhelos que promete cualquier enlace.