De José Manuel García Durán
Muchos son los nombres que pueden relacionarse con la milenaria historia de las Minas de Riotinto, aunque no hay mayor cicatriz en aquellas tierras que la dejada por los ingleses. Es precisamente ahí donde arranca “Tierra de Cobre y Sangre”, una historia dentro de las infinitas historias que permanecen calladas bajo el latido cárdeno de los cerros de esta comarca.
La Riotinto Company Limited adquirió las minas en 1873, al poco tiempo de que se constituyera la I República Española. La mina fue un fiel reflejo de todo cuanto aconteció en el país en los siguientes sesenta años.
Bajo el mandato de los ingleses las minas de Riotinto llegaron a convertirse en una de las principales productoras de cobre a nivel mundial. Pero no todo fue cobre en aquellas tierras, fue mucha sangre la que se vertió y terminó mezclándose en las aguas púrpuras de sus ríos.
Desde el fatídico cuatro de febrero de 1888 hasta el estallido de la Guerra Civil Española, “Tierra de Cobre y Sangre” desgrana muchos de los acontecimientos que tuvieron lugar en aquel rincón del mundo que fueron las minas, donde cada tonelada de cobre que se producía llevaba consigo el derramamiento de sangre, sudor y lágrimas…