Durante los últimos 20 años, más de 1,35 millones de personas han perdido la vida como resultado de la vulnerabilidad y la exposición a amenazas naturales, en especial mujeres y niñas. Además, más de 4000 millones de personas han tenido que desplazarse y se han quedado sin hogar, o han resultado heridas, lesionadas, o han tenido que recurrir a algún tipo de ayuda de emergencia.
La mayoría de las muertes causadas por desastres naturales se deben a eventos meteorológicos como inundaciones, tormentas y olas de calor, así como terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas, por lo que nadie está a a salvo de ser víctima de una catástrofe natural. Pero a pesar de que estos desastres sean inevitables, sus daños pueden minimizarse.
Por ese motivo, el Día Internacional para la Reducción de Desastres se estableció con el propósito de concienciar a los gobiernos y a las personas para que tomen medidas encaminadas a reducir estos riesgos, prevenirlos y mitigarlos, con sus actividades de preparación.