Vivimos una situación límite. Nos acercamos a un precipicio peligroso del que tal vez nos cueste alejarnos. Ese precipicio lo ha provocado el cambio climático creando una sima profunda donde antes había vida y naturaleza y, ese cambio climático, lo hemos propiciado en gran medida todos nosotros: desde el primitivo agricultor que cortó unos árboles para proveerse de una pequeña cantidad de tierra cultivable, hasta el arquitecto más sofisticado que utiliza todo tipo de recursos elegantes, pero no renovables, para materializar sus edificios.
El objetivo de estas jornadas será reflexionar en voz alta sobre estos problemas intentando dar respuesta a tres preguntas fundamentales:
¿Cómo deben abordar los edificios el cambio climático?
¿Del agotamiento de qué recursos es responsable la construcción?
¿Es responsabilidad de los arquitectos la recuperación de la biodiversidad?