Dada la evidencia de los cambios crecientes que están teniendo lugar en la biosfera, surge la urgencia de identificar y cuantificar la cadena de consecuencias que este cambio global puede causar a corto y largo plazo en el planeta. Obtener estos datos es una necesidad urgente tanto para trabajar en la posibilidad de corregir las acciones actuales que reducen las consecuencias futuras y para reaccionar en el tiempo y generar una respuesta compensatoria para mitigar los efectos ya inevitables.

Esta previsibilidad es deseable no sólo para aquellos que consideran esencial detener la pérdida de biodiversidad, sino también de extremo interés para todos los sectores relacionados con el desarrollo humano que dependen directa o indirectamente de los recursos naturales y por lo tanto del estado de conservación de la naturaleza. El análisis científico de la migración y su variación a lo largo del tiempo permite conocer la intensidad de las modificaciones sufridas por ecosistemas cuyo estado determina el patrón de este desplazamiento masivo de vida silvestre.

Entre las características que hacen de las aves un grupo de animales particularmente apropiado para el estudio de la migración debe destacarse el alto número de especies y la consiguiente diversidad que presenta; Su alta visibilidad, facilitando el monitoreo y reduciendo el esfuerzo y costo en su estudio; Y la gran variedad de hábitats en los que están presentes, ofreciendo una información global y completa. Los pájaros se convierten así en bioindicadores eficaces, precisos y rentables para cumplir con el estado ecológico del planeta y la evolución de fenómenos globales como el cambio climático.

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