En los últimos dos siglos el uso indiscriminado de los recursos naturales por parte de los países desarrollados ha ido aumentando, haciendo que las diferencias entre países ricos y pobres sean cada vez más grandes y el daño al planeta cada vez más irreversible. La cuarta revolución industrial no sólo supone un importante avance en cuanto a desarrollo tecnológico, sino que supone un cambio desde un modelo de economía lineal a un modelo de economía circular.
Según el Plan de Acción de la Unión Europea para la economía circular, una economía circular es aquella en la que el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantiene en la economía durante el mayor tiempo posible, y en la que se reduce al mínimo la generación de residuos.
El modelo de economía circular al contrario de la economía lineal, hace un uso limitado de las materias primas y lleva la producción de residuos al mínimo. En este modelo la reutilización y la recuperación de productos y materias juegan un papel fundamental.