En este curso estudiaremos las pautas necesarias para elaborar un dossier que recoja todos los aspectos que componen un proyecto expositivo, y las estrategias pertinentes para ponerlo en marcha.
El curso de 30 horas está diseñado para empezar un proyecto desde sus cimientos, desde el nacimiento de la idea hasta el desarrollo de las actividades pedagógicas, pasando por la presentación a instituciones, la colaboración económica de los patrocinadores o el montaje en sala.
El objetivo principal de este curso es que los alumnos sepan poner en marcha sus ideas curatoriales de manera eficaz y profesional, por ello es importante que cada alumno lleve a cabo un “simulacro” en cada apartado del curso -el cual será tutorizado por la docente responsable del curso- que le permita entrar en contacto con la realidad en la medida de lo posible.
Para que el curso fluya correctamente resulta fundamental la participación en clase de los alumnos, así como su valentía a la hora de exponer sus ideas y teorías. Tratar con instituciones de mayor o menor envergadura, concretamente solicitar una ayuda económica a las mismas para desarrollar un proyecto expositivo, puede imponer al principio, pero debemos partir de la base de que “el NO ya lo tenemos. Intentemos conseguir el SÍ”. La confianza en nosotros mismos, en nuestras ideas y nuestro proyecto serán fundamentales.
A lo largo de todo el temario partiremos siempre del supuesto de que somos gestores culturales que presentan un proyecto a una institución pública, generalmente cultural. Aunque debemos tener en cuenta que también se pueden presentar un proyecto a una entidad privada, a una empresa, y que existe la figura del gestor cultural que trabaja dentro de la institución pública. Por este motivo, el gestor cultural autónomo, independiente, externo o freelance tiene que buscar su diferenciación, su especialidad, presentar proyectos que el personal de esa institución no pueda desarrollar, y sobre todo, mostrar su ilusión e interés por el asunto. Esto último puede resultar determinante a la hora de conseguir un proyecto.
Expresiones como “vender nuestro proyecto”, “conseguir dinero” o “tratar de que nos compren también las actividades” salpican el temario. Quizás sea una visión algo mercantilista del oficio, pero simplificando, podríamos decir que nuestro proyecto es un producto preparado para ser comprado por una institución. Ciertamente, quienes nos dedicamos al ámbito cultural trabajamos con un material especial, con cierta responsabilidad social, pero al fin y al cabo tenemos que utilizar técnicas típicas de marketing para convencer al director de la institución y atraer a los destinatarios.