Cumplir con un propósito que nos hemos marcado no es tarea fácil. El hecho de arrancar en sí mismo ya cuesta. Si se logra, es habitual empezar con muchas ganas y energía pero, a medida que pasan los días, aparecerán obstáculos, complicaciones, falta de tiempo… Entonces, la motivación decrecerá y es muy posible que se acabe tirando la toalla.