Durante el mes de marzo dará lugar en la localidad costera onubense de Mazagón el Curso Intensivo de Cerámica impartido por Sebastián Romero Coronel (Técnico Superior de Artes Plásticas y Diseño de Cerámica Artística) y por Gema Rufo Santiago, artista multicisplinar que trabaja desde esculturas en barro, hasta acuarela pasando por dibujos acrílicos o trabajos es azulejería y alfarería. En concreto este curso se impartirá durante dos fines de semana, del 11 al 13 y del 25 al 27, incluyendo en el precio de inscripción el alojamiento y media pensión. El tema principal de las clases será el trabajo con técnica mixta de esmaltado de rakú y cristales. Cabe destacar que la técnica rakú es una técnica tradicional oriental de elaboración de cerámica utilitaria. Se cree que es originaria de Corea, sin embargo es en Japón donde ha florecido y encantado a todos los que tienen contacto con ella. Las piezas se llevan a un horno pequeño a 900 grados centígrados aproximadamente (depende del esmalte o lustre utilizado, hay de temperaturas menores y otros para mayores de 1000 grados). Cuando los esmaltes alcanzan su punto de cocimiento se sacan, en estado de incandescencia y se depositan cuidadosamente, con la ayuda de pinzas de hierro, en un recipiente lleno de viruta de madera (también se pueden usar hojas de diario u hojas secas de árbol). El contacto con este medio incendia la viruta, las hojas o el papel y se genera una enorme cantidad de humo que penetra en la pieza y entra a ser parte de ella. Los esmaltes (óxidos) con que han sido pintadas las piezas proporcionan una parte del oxígeno para esta combustión, convirtiéndose (reduciéndose) así en metal puro, lo cual le da la apariencia característica a esta cerámica. Tras varios minutos, el proceso químico se fija bajando bruscamente la temperatura con agua. Se obtienen al final tonalidades, texturas, matices y colores fascinantes y nunca iguales de una pieza a otra, que pueden ser desde rojos metalizados hasta craquelados, nacarados y tornasoles característicos de esta técnica. El Rakú es, pues, una compleja alquimia donde intervienen los cuatro elementos (tierra, fuego, agua y aire) de la cual resultan piezas únicas, siempre maravillosas.