Todo ha cambiado ya en nuestra relación con la naturaleza. Los cambios fundamentales que se han producido son de índole social y tecnológico, afectando indiscutiblemente a la biosfera. Desde el punto de los cambios sociales, la ruptura de la comunicación entre lo rural y lo urbano ha generado asimetrías muy altas en las comunidades humanas. La cultura rural ha quedado acantonada en los pueblos y de ella apenas quedan rastros en las ciudades. Solo hay retazos de todo ello en las formas de ser, hacer y pensar de las personas mayores que residen en las urbes y que antes vivían en los pueblos. Apenas hay transferencia de aquellas tradiciones y culturas a las generaciones menores. Aunque nos parezca disociado, este hecho da lugar a una desnaturalización de la sociedad en la ciudad.