Por Noelia Rosa.
El trabajo físico con el texto posibilita la acción e impulsa a la transformación. Las ideas del autor son energías unidas dispuestas a ser liberadas y, sus palabras, acciones que convierten el movimiento en expresión. El texto no se actúa. Es un pretexto para la creación y los actores son narradores corporales. Se aprende qué hay de significativo en el papel porque ahí se empieza a crear.
Este monográfico ayudará al interprete a recuperar y ampliar su espacio emotivo, a confiar plenamente en la imaginación (cómo generadora y aliada a la hora de crear de una manera subjetiva) y a afinar al máximo su instrumento con respecto al trabajo textual.
Ejercicios de creatividad aplicados a la actuación darán claves para un avance más amplio y liberador. El poder de la palabra no sólo se encuentra en su significado, sino también en sus sonidos, imágenes, pausas, ritmo... Así es como se produce el encuentro entre la intención del personaje y la imaginación del actor. Así es cómo se genera la verosimilitud de nuestra actuación.