Si el arte se convierte en mercancía a lo largo del siglo XX, la política se hace estética (artística) a principios del XXI. Así que el escándalo y la provocación que practicaban Verlaine o Rimbaud es ahora empleado con fruición -de la mano de las redes sociales- por Trump, Rufián o Beppo Grillo. Granés abordará en su charla este fenómeno y las tensiones que produce en el tejido de las democracias liberales occidentales.