Durante la última década hemos asistido a la gran explosión de la Inteligencia Artificial basada en redes neuronales, inspiradas en el funcionamiento del cerebro humano. Estas técnicas han pasado del laboratorio a soluciones comerciales en muy poco tiempo, afianzándose como estándar en el procesado de imagen para detección de caras, seguridad, generación de contenidos digitales, entre otras. Durante 2020 y el primer mes de 2021 hemos asistido a otra gran revolución: el procesado del lenguaje natural (GPT-3, 2020) y el plegado de proteínas (AlphaFold, enero 2021), que han sacudido los cimientos de problemas que se creían irresolubles.