CURSOS DE VERANO.
La enfermedad de Alzheimer (EA) es un grave problema de salud en los países desarrollados. Es la causa mayoritaria de demencia en mayores y actualmente no existe un tratamiento definitivo que lo cure o elimine. A medida que la esperanza de vida aumenta, la incidencia es mayor y ello crea graves problemas socio-económicos. En España existen cerca de 750.000 personas con EA, de las cuales unas 120.000 estarían en la Comunidad Autónoma de Andalucía. Un porcentaje importante de pacientes viven con sus familias y aproximadamente un 40% son dependientes totales. Se estima que un 40% de las personas ingresadas en residencias de mayores padecen demencia.
La consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía inauguró a principios de 2023 la Línea Alzhéimer de Sevilla, concediendo un papel significativo a las asociaciones de familiares de enfermos de Alzheimer como nexo de unión entre los afectados, así como un vehículo de expresión y canal de comunicación con las administraciones competentes. El coste anual que supone atender a un paciente con EA se encuentra en torno a los 35.000 euros. Como se incrementa la esperanza de vida, este montante económico está aumentando significativamente y está creando un problema serio de financiación de la EA.
Actualmente el mejor medicamento para la EA es la memantina. Utilizado para tratar las últimas fases de la enfermedad de Alzheimer, se ha demostrado que el fármaco mejora la atención, la memoria y el lenguaje en algunos pacientes. También se utiliza el fármaco donepezilo para obtener el máximo beneficio. La memantina actúa equilibrando los neurotransmisores cerebrales que intervienen en el lenguaje y la memoria. Los estudios muestran que la memantina puede reducir los delirios, la paranoia, la confusión y las alucinaciones, pero, de nuevo, los beneficios no se mantienen durante más de unos pocos meses. Hace unos meses se aprobó un nuevo fármaco, un anticuerpo monoclonal, el lecanemab. Las compañías farmacéuticas Biogen y Eisai han anunciado resultados positivos del ensayo clínico en fase III de este fármaco. Según indican las compañías en un comunicado, los resultados muestran una ralentización significativa del deterioro cognitivo, en concreto de un 27%, en pacientes en las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer.