Impartido por Luis Rodríguez.
Meditación con la que se pretende crear un espacio de apertura en donde frenar el flujo de pensamientos, reducir el estrés, entrar en estados de actividad cerebral asociados a procesos de meditación profunda, equilibrar ambos hemisferios, regenerar el sistema nervioso, estimular el sistema glandular, armonizar nuestro cuerpo energético y permitir, en definitiva, esa conexión con nuestro Ser que permite la sanación. Y todo eso gracias al sonido emitido por los cuencos tibetanos, de cuarzo y los gongs, que componen un concierto armónico de sutiles vibraciones que nos elevan casi sin quererlo hacia otro estado, casi incorpóreo.