Es una terapia japonesa redescubierta por Mikao Usui alrededor de 1914.
Esta terapia consiste en que el terapeuta impone las manos al receptor a lo largo de su cuerpo (en unas posiciones determinadas) y le transmite energía.
Está energía es beneficiosa para el cuerpo, la mente y el espíritu. Fundamentalmente la energía actúa bajando la inflamación, aliviando los dolores y relajando a la persona.
Se aconseja a todas las personas que padezcan dolores, procesos inflamatorios y necesitan relajarse: Fibromialgia, Alzheimer, Parkinson…
La organización mundial de la salud (O.M.S.) califica al Reiki como terapia complementaria, es decir, que complementa al tratamiento médico y a cualquier otra terapia. No la sustituye, le suma.
Puedes recibirlo de mano de un terapeuta o de un maestro de Reiki titulado.
Cualquier persona puede recibirlo, cualquier persona puede aprenderlo.