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Concebir la llegada a la vida de una persona implica el reconocimiento y participación en ese hecho de un padre y una madre. El psicoanálisis y otras corrientes psicológicas, como el enfoque sistémico, otorgaron una participación y responsabilidad relevante al padre en la dinámica y relación familiar, sobre todo al tener en cuenta las enfermedades mentales y/o adicciones. Su consideración siempre estuvo vinculada a la ausencia, marginación y/o exclusión del mismo, con las consecuencias disfuncionales y patológicas que pudieron detectarse. Las constelaciones familiares, con la aportación de Bert Hellinger y los órdenes del amor culminaron otorgándole un protagonismo de orden indudable por su significado y trascendencia. Es cierto que en los tres modelos la relevancia del padre estará determinada por una incorporación progresiva, que se irá modulando con el crecimiento del hijo. Será porcentualmente de menos a más, a medida que la madre vaya dejando parte de su protagonismo y cediendo espacio al padre. Nos preguntamos por el grado de importancia de esta implicación y la respuesta es que, paulatinamente, será cada vez más necesaria para el apoyo y la nutrición relacional (Juan Luis Linares) en el desarrollo vital del hijo. Al mismo tiempo le permitirá a este tomar lo que venga de ambos, tanto del padre como de la madre y no tener limitaciones, como en las separaciones conflictivas, que distorsionan los vínculos hasta lo patológico. Por lo tanto crecer entero siendo uno y no una mitad, dependiendo de con quién esté (Marianne Franke). Desde la perspectiva de las constelaciones familiares, cada hijo/hija ha de tomar a su padre y a su madre con todo lo bueno y lo malo que proviene de ellos sin esperar nada más. Esto incluye una reverencia en un acto de reconocimiento, humildad y respeto. Así queda demostrado quién es grande y quién pequeño, posición que será invariable para siempre aunque el tiempo transcurra. Luego se apoyará en ambos para sentir su respaldo y el de todos los ancestros y así proyectarse hacia el futuro que está por construirse y que formará parte de su propio destino. De este modo tan necesario como profundo se resuelven el conflicto de los lugares y las posibles exclusiones. Adrián Cardozo Cusi. Psicólogo, Psicoterapeuta de familia y pareja, Educador Social, Miembro Didacta de la Asociación Española de Constelaciones Familiares Bert Hellinger
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