Comienza el año con un taller que ofrece la oportunidad de experimentar una vivencia introspectiva mediante el movimiento. Escuchar el cuerpo y sus impulsos internos nos permitirá un diálogo transformador con nuestro cuerpo. Usaremos estímulos como la respiración, las esencias florales para el olfato, la música para el oído y el contacto para el tacto. La danza que nace de las profundidades del ser es en realidad un viaje hacia nosotros mismos.