Profesores: Olalla Castro, Hipólito G. Navarro y Andrés Neuman
Cortázar decía que un buen cuento debe ser “incisivo, mordiente, sin cuartel desde las primeras frases”. Para Poe, el relato nacía del impulso de crear “cierto efecto único y singular”. Quiroga, sin embargo, comparaba el cuento con “una flecha muy bien apuntada” que, desde las primeras líneas, se dirige rápida y precisa hacia su propio final. Para Hemingway era un iceberg, una estructura que sólo debía mostrar una pequeña parte de sí, donde casi todo permaneciese sumergido/sugerido.
Lo cierto es que el relato breve es un perfecto laboratorio narrativo, el género ideal para la mezcla y la experimentación, un espacio de ficción donde quien escribe puede ensayar todo tipo de puntos de vista, personajes, tramas, configuraciones del tiempo y el espacio… Pero, además, el cuento es uno de los géneros más complejos y exigentes, pues su brevedad nos obliga al desarrollo de una historia, al dibujo de los personajes o a la creación de una determinada atmósfera en el mínimo espacio, lo cual requiere de una enorme destreza narrativa. Desarrollar y ampliar las habilidades narrativas de los alumnos, desbloquear su imaginación creativa y ofrecer las herramientas teóricas necesarias para escribir un buen relato serán los objetivos prioritarios de este taller.