POR CARLOS ALARCÓN
Un viaje en el tiempo. Un proceso que parte de lo clásico para transformarse en algo nuevo. Así han definido muchos este taller de creación teatral, dirigido tanto a profesionales de las artes escénicas como a docentes y artistas de distintas disciplinas que quieran descubrir nuevas dinamizaciones, así como a todas aquellas personas que quieran adentrarse en el mundo de la creación escénica desde la recreación de los clásicos y los nuevos lenguajes escénicos.
A través del trabajo con cuerpo, voz, espacio (Viewpoints) y del patrimonio humano, los participantes se adentrarán -de la mano de Carlos Alarcón- en un texto clásico para transformarlo, a través del devenir del trabajo con el grupo, en una pieza contemporánea. Sustrayendo del texto sus signos y temáticas, el grupo descompondrá piezas clásicas, llegará a la raíz de su simbología, extraerá su esencia y desarrollará una nueva pieza sin perder el espíritu de autores como Calderón, Lope de Vega, Goethe, Cervantes o Shakespeare. El grupo buscará lo que le une a ellos para así crear una pieza totalmente original y genuina, nacida a partir del tránsito por el patrimonio cultural del ser humano, es decir, por su marco vital.
El objetivo del taller es ofrecer herramientas teóricas y, sobre todo, prácticas para la búsqueda de la acción de los personajes, reconstrucción psico-física de estos, nociones de creación escénica contemporánea y apertura a la creación desde lo nuestro. Se trata de ahondar en los clásicos desde sus personajes, temáticas y acción para después llevarlos a un lenguaje de hoy.
El carácter eminentemente práctico del taller implica que la labor docente se centrará en la práctica escénica. A través de ella, se profundizará en conceptos que revertirán en la praxis artística. Así, la forma elegida para el desarrollo de las sesiones lectivas será la del ejercicio práctico-escénico y sus procesos, fomentando la participación y la responsabilidad del alumnado en su propio aprendizaje. Se tratará de promover la creatividad, el pensamiento autónomo y la capacidad crítica, que deben ser cualidades propias del creador escénico, así como la cooperación y colaboración propias del trabajo en equipo.