Por sus especiales características, se ha convertido en uno de los eventos de resistencia más deseados por los aficionados al triatlón, principalmente por su recorrido que lo diferencia de otras pruebas, al atravesar parajes y entornos de singular belleza y sensibilidad, como la desembocadura del Guadalquivir y el Parque Nacional de Doñana, y en el que también destaca el orden diferente de las disciplinas, primero ciclismo, seguido de la natación, para terminar con la carrera a pie, en la playa de Malandar.
Es una prueba que también tiene muy presente la atención y el cuidado del entorno del parque natural, parte fundamental del recorrido de la prueba, y además de las ecozonas existentes en ediciones anteriores para la recogida de residuos, este año se van a desarrollar medidas para lograr una mayor sostenibilidad de la prueba deportiva.
La presente edición presenta algunas novedades, algunas de ellas en el recorrido, como la ampliación de la distancia del segmento de ciclismo, de 80 a 97 km, además de comenzar en dirección Chipiona, en sentido contrario a anteriores ediciones; o también de la carrera a pie, de 20 a 21 km. La natación, en la desembocadura del Guadalquivir, mantiene los 1,4 kms. Y no sufre cambio alguno. Otra de las novedades será el número de triatletas que podrán participar en la prueba, que de 250 pasan a 350 en 2023.