Se trata de una prueba de resistencia y superación que se realiza sobre un recorrido de unos ocho kilómetros, que los corredores tienen que completar en menos de tres horas enfrentándose a asfalto, agua, tierra y fango y sortear una serie de obstáculos que todavía lo complican más. Las características de esta carrera, como son su dureza y la naturaleza del medio en el que se desarrolla, hacen que sea considerada similar a otras propias de los deportes extremos.
Su objeto es fomentar valores colectivos como el compañerismo, el trabajo en equipo y el espíritu de grupo o unidad y valores individuales como la capacidad de sacrificio, la fuerza de voluntad o el afán de superación.