Los contenidos museográficos de la exposición permanente salen a la calle como una prolongación más de las propias salas del museo. A través de las esculturas contemporáneas de Javier Cazorla, las cuatro culturas, Los Millares, El Argar, Roma, el Islam y la propia sociedad actual adoptarán forma humana estableciendo un dialogo entre ellas, el museo y el usuario de la institución con un hilo conductor sencillo cargado de simbología con respecto al contexto donde se desarrolla, el juego del escondite. Una evidente alusión al espacio de distensión y disfrute que constituye la plaza, pulmón oxigenante de un barrio con escasez de espacios de ocio tanto para niños como para adultos. Además de este hilo conductor, la muestra toca otros temas transversales como el carácter efímero de la materialidad del arte y de la existencia humana en general, al mismo tiempo que pretende llamar la atención sobre la sociedad almeriense de la importancia de la conservación de nuestro patrimonio cultural como fuente de identidad y testimonio de nuestro pasado. Se pretende, en suma, que el Museo de Almería sea sentido como suyo, nuestro y de todos los almerienses. La muestra está comisariada por Loli Pardo y producida por el propio Museo a partir de las esculturas de Javier Cazorla.