A través de más de cincuenta fotocromos de principios de siglo XX se ofrece una visión de la España que se difundía internacionalmente a través de este primer medio fotomecánico que usaba el color. En estas imágenes esencialmente se reproducen los estereotipos que exigía un mundo que sabía lo mínimo de nosotros.
El fotocromo es una técnica de coloreo que combina fotografía en blanco y negro y litografía en color. Se emplea para crear una impresión en color a partir de un negativo de una fotografía en blanco y negro, usando entre cuatro y catorce placas litográficas, hechas de sustancias rocosas, para colorear la pintura con diferentes tintes.
La técnica se desarrolló en Zúrich, y fue popularizada por la Detroit Photographic Company. Cuando el Congreso de los Estados Unidos autorizó las postales de un penique, se imprimieron miles de fotocromos de ciudades y paisajes. Por eso el término fotocromo ha quedado asociado al aspecto de aquellas postales.
Estas imágenes iluminadas invadieron literalmente las publicaciones de principio de siglo XX y llenaron las estanterías de los comercios que ofrecían estampas del mundo. Todas las imágenes partían de otras fotografías que la empresa suiza adquiría y reutilizaba para ser impresas con esta técnica. Aunque su expansión en todo el mundo occidental fue enorme, la empresa quebró pronto y con ella despareció casi por completo este tipo de imágenes pues eran ellos los únicos en Europa que mantenían la explotación de esta patente.