Una edición más, los Reales Alcázares de Sevilla acogen este evento, que durante sus treinta y siete años de historia ha recorrido escenarios tan variados como el Instituto Francés, el Salón Santo Tomás del Palacio Arzobispal y el Atrio de la Catedral; y siempre en estas mismas fechas, el puente de la Inmaculada.
Este año se instalará un puesto con productos especiales sin lactosa, sin azúcar y sin gluten en el que participarán los conventos de Madre de Dios y Encarnación de Osuna, sin azúcar, los conventos de Utrera y Alcalá de Guadaíra, sin lactosa, y los conventos de Estepa, y de San Leandro, sin gluten.
Las monjas de clausura viven de su trabajo y de las limosnas que reciben, sin contar con la ayuda de subvenciones. Por ello, el objetivo de esta muestra y venta de dulces conventuales es dar a conocer los dulces elaborados por las monjas y recordar, que estas congregaciónes viven de su trabajo, y todos podemos ayudarlas a lo largo del año, adquiriendo estas delicias en el tornos de sus Monasterios, donde además se pueden encargar para celebraciones. En la actualidad, son 38 los conventos dedicados a la oración en Sevilla, y todos con un lema en común, Ora et Labora.