17º BIENAL DE FOTOGRAFÍA DE CÓRDOBA
El carácter ontológico de la fotografía la ha hecho inmune a toda clase de modas, de ismos, direcciones, estilos, técnicas, etc. y la propia arqueología del medio hace delación constante del verdadero sentido de la imagen estática: la constatación de la prevalencia del tiempo por medio de la documentación, la comunicación y la expresión artística. No es casual que haya estado presente en todos los momentos más importantes del ser humano y los haya transmitido a las siguientes generaciones a modo de verdad irrefutable, a pesar de los intentos de atribuirle dotes de falsicación o invención.
Tras dieciséis ediciones y el análisis de las sinergias como causa-efecto de la propia Bienal, es el momento de explicitar y poner de maniesto el resultado de ese permanente diálogo que ha propiciado entre fotógrafos de esta ciudad y los cientos de autores venidos de fuera, que han hecho fracasar cualquier posible deriva endémica local provocando la súbita evolución de nuestra fotografía hasta cotas nunca imaginadas, como lo demuestra el hecho de ser la única ciudad en nuestro país que reúne las cuatro categorías del Premio Nacional que concede la Confederación Española de Fotografía (CEF): mejor institución (Ayuntamiento); mejor asociación (AFOCO); mejor fotógrafo (José F. Gálvez); mejor revista (Diafragma Foto).
Las actividades realizadas en los últimos cuarenta años como el Premio Mezquita, las exposiciones de la Posada del Potro, el proyecto «Una aproximación visual a la guitarra» y la propia Bienal, han generado un patrimonio fotográco de rango mayor que depositado en el Archivo Municipal ha dado origen a la Fototeca de Córdoba que reúne más de 1.400 obras de artistas de capital importancia. Por lo tanto, era natural que esta edición de 2021 revisara todos estos conceptos y reservara un lugar de privilegio a la propia ciudad de Córdoba y a sus fotógrafos y fotógrafas, como es la Sala Vimcorsa, para sacar a la luz los «tesoros» que se guardan en el citado Archivo Municipal, en la colección privada de José F. Gálvez y en la de AFOCO, asociación que ha dinamizado la escena cultural cordobesa a lo largo de las cuatro últimas décadas y que lo celebra con el Ayuntamiento, compañero de viaje desde 1981.