El artista Luis Cruz Suero expone sus ensamblajes de piezas olvidadas, convertidas en basura, sobre todo de las playas y paisajes, donde cada vez que va, encuentra y recolecta sus propios tesoros para convertirlos en esculturas llenas de poesía.
Los objetos encontrados los ensambla con sutilidad y nos habla de la belleza de lo frágil, de las formas infinitas del azar o de la paleta multicolor que produce el desgaste.