Esta exposición es un homenaje a Granada plasmado en una veintena de obras de pequeño y mediano formato pintadas en marzo de 2018 con acrílico, rotulador y bolígrafo sobre papel y cartulina. Sánchez Gil casi nunca repite exposición, para cada ciudad en la que expone realiza un trabajo temático específico que en este caso es fruto del embrujo granadino que cautivó su mente y sus sentidos.