se recrea un altar típico, donde se exhiben elementos como fotografías de los difuntos, flores de cempasúchil, calaveras de azúcar, comida y bebidas que eran del agrado de los seres queridos, así como otros objetos significativos.
Su objetivo es el de educar al público sobre la importancia cultural y espiritual de esta celebración, que honra a los muertos y resalta la conexión entre la vida y la muerte en la cosmovisión mexicana.