Casi un centenar de documentos gráficos abordan la figura humana y artística de Pedro Bacán en una exposición monográfica dedicada al guitarrista.
Dedicada a la memoria del maestro lebrijano de la guitarra, Pedro Bacán. Se rinde tributo al legado de Bacán en el vigésimo aniversario de su muerte.
En plena conformación de una carrera brillante, hace en 2017 veinte años, falleció el guitarrista lebrijano más aplaudido de todos los tiempos: Pedro Bacán. En el vigésimo aniversario de su muerte, la Caracolá Lebrijana – festival flamenco que se nutrió de las seis cuerdas de Bacán –, rinde tributo a su memoria poniendo en valor su caudaloso legado musical y recordando su dimensión más humana. Tales son los aspectos que, a grosso modo, conforman el proyecto Aluricán, una exposición monográfica que, a través de casi un centenar de documentos gráficos, aborda la trayectoria profesional y personal del biznieto de Pinini.
Íntegramente producido por el Ayuntamiento de Lebrija, este proyecto expositivo ha contado con la inestimable colaboración de la familia Bacán, muy especialmente, con su compañera, Jill Snow, y con su hijo Bastián Bacán, enrolados en la Asociación Pedro Bacán, constituida en 2012 con el objetivo de preservar el legado del artista.
Aluricán, “la primicia de las cosas”
Si hay una palabra cargada de sentido y simbolismo en el universo creativo y vivencial de Pedro Bacán, ésa es Aluricán. No en vano fue el título de su primer trabajo discográfico propio (1989), un magnífico disco en el que Pedro Bacán rindió un cálido homenaje a su tierra natal, Lebrija, y a su estirpe flamenca.
“Aluricán es una palabra que yo no he oído fuera de mi familia” – reconocía Bacán – “Ignoro su origen, pero mi padre, Bastián Bacán, cantaor flamenco, empezaba siempre sus historias así: Aluricán de la noche… Aluricán es una palabra llena de misterios. Ella descubre las primicias de las cosas”. Tal era el valor iniciático que Bacán otorgaba a este vocablo, muy probablemente emanado de otro con el que guarda un incontestable parecido: lubricán, “crepúsculo” o, ahondando en su etimología “el momento del día en el que el lobo (lupus) se confunde con el perro (canis). Las conexiones con el mundo agrícola y, por ende, con ese paisaje de Marisma en el que tanto se recreó nuestro guitarrista, refuerzan el simbolismo de ese Aluricán como catalizador de la propuesta estética de Bacán.
La colección
A través de casi un centenar de fotografías y documentos gráficos y hemerográficos de más de una decena de autores, Aluricán repasa las aportaciones de Bacán al mundo flamenco, mediante su discografía propia, sus infinitas colaboraciones y su concepto musical, apostado en el binomio Oriente-Occidente y repara, además, en sus espectáculos, sus actuaciones y su ámbito familiar, tan importante en la educación sentimental del guitarrista. Asimismo, para el relato de la muestra, han sido imprescindibles las aportaciones de Juan Manuel Suárez-Japón, Catedrático de Geografía Humana y ex Rector Magnífico de la Universidad Internacional de Andalucía, y de Manuel Martín Martín, Premio Nacional de Flamencología.