Esta exposición celebra la vida y legado de Anna Pavlova (San Petersburgo, 1881–Paises Bajos, 1931), una figura icónica del ballet cuyo nombre evoca gracia, arte y dedicación incansable. Desde su formación en la Escuela Imperial de Ballet de San Petersburgo bajo Marius Petipa, Pavlova desafió expectativas con su técnica impecable y expresividad única.
Destacó mundialmente por sus giras pioneras que expandieron el ballet más allá de Europa y Norteamérica, llegando a audiencias globales. Su interpretación inolvidable en "The Dying Swan" capturó la belleza y profundidad emocional del arte del ballet. A pesar de desafíos, incluida una evolución de gustos post Primera Guerra Mundial, Pavlova permaneció incomparable en el escenario internacional, como lo afirmó The Times tras su retorno triunfal a Inglaterra en 1920.
La exposición ofrece programas y recortes de periódicos que transportan a los visitantes a la época en que Pavlova demostró que el arte puede unir culturas y trascender generaciones, consolidándose como una leyenda del ballet moderno.