Un proyecto de Carmen Almécija sirve de reflexión sobre el drama de los niños refugiados.
El proyecto “Border, infancia al límite” reúne un conjunto de 17 obras, un vídeo y un conjunto de pequeñas esculturas realizadas por la artista granadina Carmen Almécija, que sirven para reflexionar sobre las crisis migratorias internacionales y el drama humanitario que sufren los niños y niñas refugiados de países como Siria, Irak, Afganistán y Somalia, cuando huyen a causa de la guerra o la represión. Esta muestra permitirá contemplar por primera vez en Granada este proyecto personal, al que se irán sumando otros artistas.
La artista Carmen Almécija ha manifestado que “el proyecto comenzó a gestarse hace dos años y ha sido creado para que esté en continua evolución, para que viaje y pueda replicarse en otros espacios, abierto a cualquier propuesta o sugerencia de cooperación, pudiendo integrarse con iniciativas de sensibilización, comunicación y difusión”.
Almécija concibe el arte “como un poderoso vehículo para la comprensión del mundo y como una herramienta que sirve para analizar la realidad” y confiando en “su poder transformador, porque toca fibras morales, éticas, emocionales, sociales y culturales”, surgió la exposición “Border, infancia al límite”, que debe entenderse “no solo como frontera, sino como límite de una situación insostenible, la de estos movimientos migratorios y su repercusión en la infancia”
La exposición reúne 17 obras pictóricas de gran tamaño, un vídeo y un conjunto de pequeñas esculturas realizadas por la artista granadina a partir de hechos reales (noticias, fotos, películas, etc.) que ponen el punto de mira en algunos conceptos clave como el desarraigo, la rabia, la impotencia, el maltrato o la xenofobia.
La muestra sigue un orden lógico que se inicia con la obra “Llueven flores”, donde una niña grita al mundo basta y en donde cada flor representa cada momento perdido de su preciosa vida, continua con varios retratos infantiles, como el de “Malala”, la niña paquistaní que lucha por el derecho a la escolarización de miles de niñas, y acaba con el trabajo “Meciendo sueños”, a juicio de la autora “un final feliz, una oda a la esperanza, un intento de recuperar el paraíso que debe ser la infancia”.
Carmen Almécija es licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Granada y ha dedicado su vida en exclusiva al sector del arte, que sido su medio de vida durante más de dos décadas. Ha residido en Barcelona, Singapur y Baja California. Actualmente vive y trabaja en Granada.