Abogado de formación, Luis Gordillo descubrió su verdadera pasión, pasión por la pintura, en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla y en su estancia en París, donde bebió de los creadores del informalismo, y posteriormente del arte pop, del cual está considerado uno de los mayores exponentes en España. A través de los bustos y las cabezas, Sevilla homenajea a partir de octubre a uno de sus pintores más reconocidos en el Real Alcázar. El público podrá acercarse a la obra de este sevillano gracias al préstamo de obras suyas que se encuentran en el Museo Reina Sofía de Madrid, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, la Fundación Suñol de Barcelona y colecciones particulares o del propio artista. La muestra es una retrospectiva, organizada por el hermano de Gordillo, José Manuel, que abarca desde 1960 hasta sus obras más recientes. Con una obra que ha evolucionado debido a la experimentación constante del artista, la abstracción ha marcado su manera de reflejar el entorno si bien busca sus mundos en la realidad, elementos de la misma o símbolos. La exhibición recogerá de manera cronológica medio centenar de pinturas, esculturas e incluso bocetos preparatorios de los mismos, pasando por los 70, 80 y hasta las obras más actuales que serán reflejadas de manera más esquemática. Hasta enero de 2015 estará disponible esta exposición con entrada gratuita.