Desde los años 90, el trabajo de Carlos Schwartz se ha desarrollado bajo la misma premisa: dar a los objetos cotidianos un aura trascendente usando la luz y buscando una disposición teatral en el espacio. La evolución de su trabajo, desde sus pinturas de los ’90 a los objetos re-usados en los ‘2000, va progresivamente internándose en un simbolismo conceptual cada vez más denso. Esta nueva exposición, la quinta de Carlos Schwartz que Javier Marín presenta en sus salas, está integrada por tres obras con luz, papeles de dos series diferentes pero relacionadas entre sí, y una serie de fotografías.