Se centra en un conjunto específico de la serie La Viña, concretamente en las espuertas, recientemente incorporadas a la colección permanente del CAAC. Estas espuertas, dibujadas o en bronce, nacen de la mirada profunda y analítica del entorno inmediato de la vida diaria de la artista andaluza.
La instalación escultórica, adaptada al espacio y a la visión cenital, se asienta, por primera vez, sobre un lecho de tierra no procedente de La Jara -en Sanlúcar de Barrameda-, ya que, en un intento de conexión con el lugar, se ha optado por otra tierra procedente del entorno de los Dólmenes de Antequera. Completa la muestra una serie de dibujos de gran formato que son, por su calidad y ambición, verdaderas obras pictóricas en grafito sobre papel.