La muestra está compuesta por un total de 76 trabajos entre las monografías, instalaciones, dibujos, grabados, serigrafías y fotografías, además de otras piezas artísticas.
Una exposición multidisciplinar que fusiona lo tradicional y lo contemporáneo con elementos del dadaísmo y la cultura pop. Además de jugar con la ambigüedad del significado semántico de ‘Casabarata’, el título de la muestra hace alusión al nombre de un mercadillo en Tánger, que la artista toma como referencia para componer un escenario imaginario, un inventario y una cartografía para explorar los márgenes de la realidad.
En concreto, en el espacio dedicado al inventario de Mari García, se exponen piezas que se despliegan en diferentes soportes. De esta manera, la naturaleza de los dibujos sobre papel inspirados en el folklore europeo se contrapone a las piezas de madera, hierro galvanizado y objetos comunes, adquiriendo un significado diferente cuando son intervenidos por la artista.
A través de la visión simplificada de lo cotidiano, Mari García crea una nueva narrativa visual que está integrada por dibujos y objetos variopintos, libros, fotografías, pizarras, toda clase de enseres, además de tubos de ensayo que, cuidadosamente alineados, representan una metáfora de la fragilidad humana. Por último, la exposición se completa con textos que, como si se tratara de un manual de instrucciones, preguntan al espectador sobre la identidad, el lenguaje, el azar o el papel de las nuevas tecnologías en la sociedad actual.
Sobre la artista
Mari García es una artista autodidacta. Su interés por la literatura y el arte han sido una constante en su vida. Librerías, museos y galerías de arte son espacios que visita de forma recurrente para inspirarse en sus obras.
En el año 2011 comienza a experimentar con la fotografía e inicia la serie ‘Tiempo de verano’. Durante dos años, Mari García tomó imágenes de mujeres de espaldas en la playa. Esas fotografías se expusieron en diferentes salas. Otra de las técnicas que ha empleado a lo largo de su trayectoria ha sido el collage, escogiendo para su realización la combinación de diversos materiales: dibujos para los que utilizaba acuarelas y lápices, y recortes de libros viejos, con una especial predilección por los colores que utilizaban las antiguas imprentas en los años cuarenta y cincuenta. El hilo conductor de su obra es el carácter fragmentario que remite a todo aquello que aparece como incompleto o inacabado.
A lo largo de su trayectoria ha expuesto su obra en muestras individuales en espacios como la Escuela de Arte de San Telmo en Málaga o el Castillo de Santa Catalina en Cádiz, y colectivas en el Mupam o el CAC Málaga. Además, ha publicado artículos en revistas y es autora de los libros ‘Reticentes’ (2018), ‘Inquilinos’ (2020) e Iluminadas (2022). Su obra está presente en las colecciones del CAC Málaga, Casa Fuerte de Bezmiliana, Museo de Arte de Reina Sofía: Obra Gráfica y coleccionistas privados.