En total, la muestra incluye 34 obras de 34 artistas diferentes, de la importancia de Barceló, Jaume Plensa, Eduardo Arroyo o Tápies, que ofrecen la oportunidad de comprobar la pluralidad y riqueza de las Colecciones ICO, a la vez que ponen en valor el arte español de la segunda mitad del siglo XX de la mano de sus principales exponentes.
Recorriendo esta muestra podemos ser testigos de la ‘libertad artística’ que vivía España en ese periodo. Un ambiente de euforia que empapaba a los jóvenes creadores y contrastaba con el tenebrismo de otras épocas, frente al que se alzan el desenfado y un colorismo rico, brillante y optimista. Una libertad que también se aprecia en la forma de crear y en el uso de los materiales por parte de esta llamada ‘Generación de los 80’, representantes de una etapa de transformaciones en el mundo del arte español.
Libres de servidumbres estéticas -algunos, cansados también de la abstracción-, el rasgo común que unifica a los artistas de este periodo es la apertura indiscriminada hacia todo lo moderno, lo foráneo y la vanguardia. Así, esta nueva generación de pintores decide hacer tabla rasa y enfrentarse al lienzo en blanco con la mente abierta a cualquier influjo de la tradición que pudiese servir a sus propósitos, desde la Historia Sagrada a la cultura pop, pasando por la mitología griega o la iconografía renacentista.