Se trata de una exposición instalación, site-specific de Agustín Linares Pedrero.
Pedrero involucra el olor, el sonido y el espacio para recrear un proyecto instalativo de aromas poéticos y oníricos, donde se muestra la hipotética representación de una naturaleza mal interpretada. Así como la podría desempeñar un ser post-humano que no ha conocido la vida en el planeta Tierra, mezclando conceptos y estéticas de forma errónea, al menos a los ojos del urbanita actual. Productos fríos seriados, pero dispuestos con amor en una escenografía absurda y un ambiente inspirado en “Claros del bosque” de María Zambrano
Destinatarios: adultos