Ciclo de micro exposiciones

En esta ocasión se trata de un nuevo documento original del siglo XVII que está relacionado con las representaciones teatrales y la Casa de Comedias existente en Málaga. Es un Acuerdo de Cabildo fechado en 30 agosto de 1675. En este documento se reflejan  las claras desavenencias entre el Cabildo Municipal y los responsables de la gestión de la Casa de Comedias de Málaga: la Hermandad de Santa Catalina. Estas diferencias habían comenzado ya en el siglo XVI y tenían como principal motivo las localidades gratuitas que los capitulares codiciaban para asistir a las comedias que allí se representaban. A esto se sumaba un elemento adicional ya muchos de los hermanos de Santa Catalina eran prebendados de la Catedral. La tensión entre los dos cabildos fue constante durante todo el siglo XVII, más por cuestiones de protocolo y luchas de poder que por asuntos monetarios. Así, la Casa de Comedias se convirtió en un nuevo campo de batalla donde ambas instituciones podían medir sus fuerzas.

LOS PRIMEROS ESCENARIOS TEATRALES

Hay que recordar que el primer local habilitado para las representaciones teatrales y circenses de Málaga estaba ligado en sus orígenes al Hospital de Santa Catalina, que luego sería llamado Hospital de la Caridad. Se erigió en la época de los Reyes Católicos, muy poco después de la conquista de la ciudad, y la finalidad de este espacio no era otra que la de recaudar fondos para la hermandad que gestionaba el hospital. Estaba ubicado en el patio central del propio edificio de caridad, muy cerca del Mesón de Vélez. Hasta la fecha, las representaciones de este tipo se llevaban a cabo en plena calle, especialmente en plazas y descampados, siempre en lugares concurridos y por compañías ambulantes que itineraban de una ciudad a otra en busca de público.

Este primer edificio sería derribado a principios del siglo XVI y hacia 1514 se construiría uno de mayor tamaño que el anterior. Este nuevo local estaba situado entre las actuales calles La Bolsa y Strachan, cerca de la Catedral. Éste sería el lugar oficial de las representaciones teatrales de la ciudad durante todo el siglo XVI y XVII, con excepción de las representaciones religiosas que a menudo se celebraban en las iglesias y en la Catedral. Este local contaba con mejores instalaciones que el anterior y prometía abundantes beneficios para la Hermandad de Santa Catalina, siempre escasa de recursos y con muchos gastos a causa del hospital de caridad que regentaban.

En aquella época, las compañías teatrales eran contratadas por los Cabildos Municipal y Catedralicio para representar durante las fiestas del Corpus, y por la Hermandad de Santa Catalina, para representar en la Casa de Comedias. No obstante, los hermanos encontraban gran cantidad de problemas a la hora de programar espectáculos para su Casa de Comedias, pues las prohibiciones para dichas representaciones eran constantes y prolongadas, ya fuese por guardar luto por el fallecimiento de personajes ilustres (tales como Isabel de Borbón o el Príncipe Baltasar Carlos) o bien por cuestiones de moralidad pública.