Exposición de Helí García.
La obra de Helí
El juego como comportamiento simbólico es un acto mágico. La simulación produce una experiencia interna que se imprime en la memoria como una vivencia plenamente real. Las imágenes inconscientes son para Klein la base de toda actividad mental, la forma en que la mente percibe el mundo, incluida su propia actividad. Idea sobre la que Giordano Bruno fundamentaba su Ars Memoriae: "no entendemos a no ser que especulemos con imágenes". De este modo, vemos lo que nosotros mismos creamos y, a través del ojo de la imaginación, nos vemos viendo: "especulamos". El pintor, al hacer imagen sus fantasías, rompe este circuito de transferencias, insertando las invenciones que construye con sus propias manos en el Theatrum Mundi; como cosas de dentro que simulan estar fuera. Helí es, en este sentido, un pintor antiguo que se vale del viejo arte mágico de crear simulacros. Aunque el cuadro adopte la forma de una alegoría que hay que esforzarse en comprender, lo cierto es que lo que vemos es algo que ya se nos da interpretado. Es el mundo fenomenológico el que se descifra en los símbolos y no al contrario; en lo simbólico se muestra lo real en última instancia, la realidad desnuda.