Muestra compuesta por libros de grabados, donde el peso recae sobre los grabados mismos, resultando estos sus verdaderos protagonistas. Así pues, los textos apenas nombran o glosan los grabados a los que se supeditan.
La novedad de esta exposición temporal radica en que estos grabados se conservan insertados en esos volúmenes que desde el principio los custodiaron. Volúmenes que son hoy auténticos supervivientes del desguace al que han sido sometidos a lo largo de los siglos por quienes, buscando mejor negocio, hallaron mayor rentabilidad en poner a la venta hojas sueltas, grabados arrancados del conjunto, descontextualizados.
Se trata de libros originales de los siglos XVI al XIX, que versan en su mayor parte acerca del arte: los frescos de Rafael para las Logias Vaticanas (S. XVII), obras de la antigüedad clásica recogidas por Montfaucón (S. XVIII), la arquitectura de Vignola (S. XVIII), los frescos de Goya para San Antonio de la florida (S. XIX), etc.
La inauguración coincide con el Día del Libro, destacando el trabajo que se hace desde los museos y la administración local para la promoción de la cultura.