Obra de Domingo Zorrilla
En colaboración con el Festival Internacional de Jóvenes Realizadores
Esta primavera ha terminado de asomar su hocico al mundo una extraña criatura: el topo estrellado. Después de quince años de trabajo, el pintor Domingo Zorrilla ha dado por concluida su obra más especial. Se trata de una tabla no muy grande: 125 x 90 cm., pero contiene toda una imagen del mundo. La comenzó allá por 2008 al saber de la existencia del animal protagonista, y en seguida cobró conciencia de la envergadura del trabajo que se había propuesto, que implicaba renunciar a las coordenadas vitales habituales para profundizar en un tiempo casi geológico, un cambio de dimensión para el que pensaba que ya se había entrenado con su obra anterior. Lo cierto es que no siempre contaba con la predisposición necesaria para acometer la tarea, de modo que la ha compaginado con otras obras que entre medias ha ido realizando. Pero tenía claro que debía acabarla, y por fin lo ha hecho.
El topo estrellado es un cuadro mítico, una obra de culto. Previamente ya se había expuesto tres veces, siempre inacabado y en diferentes fases de desarrollo, en sendas muestras individuales del autor. En esta ocasión, sin embargo, la pintura protagonizará en exclusiva la exposición en la planta baja del Centro Guerrero. Para completarla y abordar su significación, se ha filmado un cortometraje documental en colaboración con el FIJR que trata de evocar, con un lenguaje fílmico, su misterio. Y un grupo de pintores de la generación de Zorrilla se ha reunido para mantener una conversación a propósito del cuadro, que se editará en formato podcast y se publicará en la web del Centro.