Por el artista Rafael López.
En esta muestra podemos ver como Rafael López da otro giro a su trabajo habitual, pero sin perder su sello identificativo. Abandona el lienzo para experimentar con el “esmalte contemporáneo”. Donde no se puede apreciar los límites entre pintura y la escultura.
Esta nueva serie comporta una visión ciertamente distorsionada y fantástica del mundo, conteniendo y sugiriendo imágenes desnaturalizadas y deformadas de seres que reptan por el formato, formas orgánicas que se retuercen, o construcciones más o menos geométricas.
Las composiciones se disponen a lo largo de neutros fondos planos y están trabajadas con una gama ilimitada tanto de colores saturados, como gamas de grises. El artista llena el formato mediante las piezas esmaltadas en su totalidad, ayudándose de una característica en su trabajo, como no es otra, que la línea negra, que enlaza las diferentes elementos flotantes con el fondo.
Un ejemplo del lenguaje que se usa, son las formas abstractas que sufren un proceso de metamorfosis, alejándose, en cierta manera, del referente del que partieron: la naturaleza.
Aparentemente, los diferentes personajes se muestran desordenados, pero hay un orden cromático. Siguiendo el sendero del color, paso de un personaje a otro, sin un recorrido definido. Todos evidencian una importancia al mismo nivel, no hay una jerarquía establecida. Las figuras se mueven dentro de un perfecto enredo de encuentros y distanciamientos.