Fotografías tomadas entre 2013 y 2018 en la zona norte de Etiopía, territorio donde la práctica religiosa ortodoxa tiene mayor expresión en África. Los diferentes matices que mezclan pobreza, religiosidad y fatalismo se mezclan en este proyecto. Un pueblo que mezcla en las mismas proporciones ayuno y pobreza se hace inaccesible a su conquista, y ellos lo saben, nadie nunca los invadió.
A lo largo de estos viajes hemos procurado explorar y conocer de la forma más cercana y desde la convivencia posible, qué sentido dan a sus vidas, cual es la idea que domina sus pensamientos y los empuja hacia adelante en una supervivencia imposible sin los mínimos medios materiales que ya impulsa al tercer mundo. Sólo hemos podido encontrar un hilo de conexión entre tanta miseria y tanta aceptación, una religiosidad que impregna cada acto, cada pensamiento, que los impulsa a esa tenaz resistencia.