El proceso creativo no siempre responde a un momento único en el tiempo. A veces se dilata, latente en quien mira a través del objetivo. Existe en él un puzzle que debe completarse, y de forma casi inconsciente las imágenes se van poniendo delante de la cámara, escribiendo un relato que el fotógrafo reconoce y ordena. Como si se tratase de frases inconexas de una historia que ha oido mil veces en la infancia, que se nubla empañada en el recuerdo, enredadas unas con otras, y van limpiándose de vaho a través del viaje y el tiempo. “Fronteras y Límites” comienza a engendrarse en 2011 y no es hasta 2019 cuando se constituye como conjunto, como relato. Se cierra así la espiral, encontrándose al otro lado del mundo con su reflejo.