Junto a Joan Miró y Salvador Dalí, junto a Remedios Varo y Esteban Francés, el pintor Óscar Domínguez (Tenerife, Islas Canarias, 1906 – París, 1957) forma parte de la constelación de nombres que la pintura española aportó al movimiento surrealista internacional. Su obra se nutre de una iconografía ligada a su juventud en el norte de Tenerife, donde gesta una concepción irracional y sobreabundante de los enigmáticos procesos de la metamorfosis que van a acompañar a su obra a lo largo de toda su trayectoria.