De la mano de Marina Núñez.
El cuerpo adquiere un matiz protagonista a la par que invisible. Un cuerpo que aparece y desaparece de forma sigilosa pero constante. Cuya presencia es inmanente al espacio ocupado, resignificándose y ampliándose.
El trabajo de Marina Núñez es testigo de las sinergias vitales entre la naturaleza y nosotras. Testigo de la evolución y de los vínculos que establecemos con nuestro entorno.
Núñez nos invita a adentrarnos en su propio universo cosmológico. Una realidad determinada por las interacciones entre forma y materia. Donde la acción misma, el movimiento, determina al ser que lo habita. O de como la huella supera al gesto y permanece en un espacio (des) ocupado.
En Historia natural, la biología trasciende y fluye a través de la tecnología. Usando herramientas digitales como la grabación con láser sobre cristal, Marina reflexiona en torno a los límites entre naturaleza e identidad. Utilizando como base un prisma rectangular, Marina hace uso de la técnica del láser para grabar en la materia una silueta humana, compuesta a su vez por una serie de microscópicas partículas.
En los tres ejemplares de Historia natural presentes en la exposición, destaca la presencia de una silueta femenina. De pie, la figura erguida se eleva levemente hacia arriba. La posición de sus hombros indica una seguridad y un aplomo que rompería con el silencio impuesto por el sistema. Impulsada, su gesto desafía las cuatro paredes y se vuelve una con el entorno.