Skriver habla sobre cómo cree en una magia que se encuentra inherente en la pintura, en ese arte de transformar los sentimientos en algo visual. Y es de esta forma, que, basada en una la idea del “Yo sombra” del psicoanalista Carl Jung, su obra trata de reflejar una parte de la personalidad del ser humano que siempre parece esconderse, una parte oscura y trágica que no se muestra frente al público. Esta parte de la personalidad es aquella que presenta, o no presenta más bien, tanto el deseo del daño ajeno como el dolor propiamente personal. Es esa versión que solo es un ejemplo de la complejidad psicológica del ser humano que Madison Skriver invita a contemplar en sus pinturas, junto con esas fuerzas enigmáticas que forman las vidas de las personas.