LIBROS PARA TIEMPOS DE BARBARIE Y CIVILIZACIÓN.
Imago Mundi muestra el constante afán del ser humano por fijar, delimitar y compilar el fárrago de elementos físicos e intelectuales que componen el mundo.
La Universidad de Sevilla organiza la exposición Imago Mundi, y lo hace en el marco de los diferentes actos celebrados con motivo de los 25 años de Ivorypress -editorial de referencia internacional especializada en libros de artista, fundada por Elena Ochoa Foster-.
La Universidad de Sevilla se suma así a otros museos, bibliotecas y universidades internacionales, entre las que se encuentran la Biblioteca Nacional de España, Neues Museum, Museo Reina Sofía, Universidad de Stanford, The Museum of Modern Art, British Library, Kettle’s Yard, Bodleian Library, Warburg Institute o Yale Centre for British Art.
Cada cierto tiempo el mundo se para. Entonces algunos en el mundo observan, leen el mundo y tratan de representarlo.
Desde el libro de d´Ailly en 1410, cuando el planeta estaba a punto de descubrir su otra mitad; a las pocas certezas que nos haya dejado los últimos acontecimientos a nivel biológico en la humanidad.
Imago Mundi representa al mundo y el mundo es representado en los libros, en manuscritos, en la necesidad de pervivencia del saber, en la necesidad también de transmisión de ese saber, y, frente a esa necesidad, una poderosa fuerza destructora de humanidad que se ha desarrollado en la obsesión por la destrucción de libros.
Una fuerza que ha ido generando una iconografía propia, una tradición, sobre la que también reflexiona esta exposición. El relato, la necesidad de contar, es al mismo tiempo necesidad de autoconocimiento y necesidad de comprender la naturaleza. El mito es una imagen parabólica de la realidad, por el mito y su representación asimos la humanidad misma.
El ánfora griega decora y al mismo tiempo enseña, se expande en su uso hasta formar parte de la educación visual de quien la observa. La Torre de Babel representa al mismo tiempo la capacidad técnica imprevisible del ser humano y el recordatorio de no se debe pretender ser más que dioses.
Todo esto cabe en una imagen, de ahí a la escritura, al objeto que se enriquece con el mensaje, la espada o la bomba con un texto dedicado al destinatario, la pátera que invita a saciar la sed…esta tradición da paso a los compiladores, a los que comienzan a aglutinar documentos de representación, datos y reflexiones de otros que dan pie a abrir el mundo en más planos, a añadir capas de conocimiento que dotan a la imagen y a la palabra misma de más sentido.
Aristóteles nos sirve como Pigmalión que sienta las bases del mundo representado, luego, San Isidoro de Sevilla, será el puente que una el mundo clásico con el medieval asumiendo su papel de enciclopedista universal, representación viviente del Aleph borgiano, del internet de nuestros días.